Leishmaniasis en Perros: Causas, Síntomas, Tratamiento y Prevención
La leishmaniasis en perros es cada vez más habitual entre nuestras mascotas. Si se detecta a tiempo hay probabilidades de evitar las terribles consecuencias que tiene esta enfermedad, de lo contrario, puede llegar a ser fatal. Además, existen métodos de prevención que son cruciales para proteger la vida de tu perro.
No te pierdas este artículo sobre la leishmaniasis en perros donde aprenderás qué es, cómo detectar la enfermedad, su tratamiento y cómo evitarla.
¿Qué es la leishmaniasis en perros?
La leishmaniasis canina es una enfermedad infecciosa causada por el parásito protozoo Leishmania infantum, que puede provocar síntomas graves para la salud de nuestros amigos peludos, y también para la salud humana.
Origen y modo de transmisión de la leishmaniasis
Origen
En un principio se creía que la leishmaniosis sólo afectaba a animales salvajes, pero en 1908 se descubrió la implicación del perro en la transmisión de la enfermedad, que hacía de puente entre los animales salvajes y el hombre. En 1945 se comprobó que el perro no era la única fuente de infección, sino que carnívoros, como el lobo y el zorro, y lagomorfos, como la liebre y los conejos, también lo eran. A día de hoy, el perro es el mayor reservorio.
Modo de transmisión y ciclo biológico de Leishmania
La principal vía de transmisión de L. infantum a los perros es a través de la picadura de un tipo de insecto hembra llamado flebotomo. Sin embargo, también se han descrito casos de transmisión sexual, de madre a cachorro, sanguínea o por contacto directo con un animal infectado.
El ciclo de vida del parásito Leishmania presenta dos fases: el promastigote que vive en el flebotomo y es la fase infecciosa, y el amastigote que vive en los mamíferos, en este caso en el perro, y es la fase en la que se multiplica, afectando a distinto tejidos y causando sintomatología.
Desarrollo de la enfermedad
Una vez el perro ha sido infectado por Leishmania, el desarrollo de la enfermedad dependerá de su estado de salud y, sobre todo, de cuán eficaz sea su respuesta inmunitaria.
Si las defensas del animal son capaces de controlar la infección, el perro permanecerá infectado pero sin desarrollar síntomas. Por el contrario, si el sistema inmunitario del animal no emite una respuesta eficiente, la infección progresará y desarrollará los signos clínicos clásicos de la enfermedad [1, 2].
¿Afecta a todas las razas por igual?
La Leishmania puede afectar a todos los perros pero no afecta a todas las razas por igual. Se sabe que algunas razas grandes, como los Doberman y los Bóxer, son más susceptibles de desarrollar la enfermedad [3, 4]. Además, los perros cazadores o que viven en zonas de mayor riesgo, sea cual sea su raza, tienen más probabilidades de contraer la enfermedad por estar más expuestos.
Identificar la enfermedad
Si la respuesta inmune del perro no ha sido efectiva, desarrollará los síntomas de la enfermedad.
Síntomas comunes de leishmaniosis en perros
- Generales: ganglios linfáticos inflamados, anorexia, pérdida de peso y de masa muscular, letargia, mucosas pálidas, fiebre, vómitos, diarreas, poliuria/polidipsia, sangrado de la nariz, presencia de sangre en heces y cojera.
- Cutáneos: inflamación de la piel o dermatitis con descamación generalizada y alrededor de los ojos y cola, alopecia, aparición de úlceras en la piel, heridas que cuestan de cicatrizar, crecimiento excesivo de las uñas, hiperqueratosis nasal y costras en la punta de las orejas debido a vasculitis.
- Oculares: hinchazón de los párpados e inflamación e infección ocular.
Tiempo de aparición de síntomas tras la picadura
El periodo de incubación, es decir, el tiempo que pasa desde la transmisión del parásito al perro hasta que desarrolla los primeros síntomas, oscila entre los 3 y los 18 meses.
¿Un perro puede ser portador de Leishmaniasis sin desarrollar síntomas?
Sí, se denominan perros con infección subclínica o perros infectados clínicamente sanos. Éstos no presentan sintomatología ni alteraciones en las analíticas porque sus defensas han emitido una correcta respuesta inmune pero son portadores de L. infantum, que se mantiene en fase de latencia sin multiplicarse. Si estos perros enferman por otros motivos o se inmunodeprimen, tienen un alto riesgo de que se reactive la infección y desarrollen la enfermedad.
Diagnóstico de la leishmaniosis
La detección precoz de la infección es clave para evitar el desarrollo de la enfermedad. El diagnóstico se basa en la sintomatología y alteraciones analíticas compatibles con la enfermedad, junto con la confirmación de la infección por L. infantum empleando pruebas específicas.
Pruebas diagnósticas básicas
En un perro con sintomatología compatible y un resultado alterado en estas pruebas, se puede tener una alta sospecha de que pueda estar infectado por Leishmania.
- Analítica sanguínea: veríamos anemia, glóbulos blancos elevados, plaquetas bajas, azotemia renal y elevación de las enzimas hepáticas, o para que me entiendas, se alteran las células sanguíneas, el riñón y el hígado.
- Proteinograma: hay proteínas y globulinas elevadas en sangre, especialmente dos tipos llamadas beta y gamma, y albúmina baja, a causa de la propia infección y del fallo renal respectivamente.
- Urianalisis: presencia de proteínas en orina, indicativo de insuficiencia renal.
Pruebas diagnósticas específicas
Tras realizar las pruebas anteriores, se deben ejecutar análisis más concretos para confirmar la infección y obtener un diagnóstico definitivo.
- Serológico: se basa en medir los anticuerpos que ha producido el paciente ante la presencia de L. infantum. Puede ser:
- Cualitativo: mide la presencia o ausencia de anticuerpos por medio de un test rápido y supone un primer filtro para saber si está o no infectado;
- Cuantitativo: mide la cantidad de anticuerpos y, de esta manera, se puede predecir cuán avanzada está la infección.
- Molecular: usando la técnica PCR se busca detectar ADN del parásito en muestras de médula ósea, linfonodos y bazo, aunque también se puede emplear sangre u orina.
- Parasitológico: detección del parásito en muestras de lesiones cutáneas, linfonodos o médula osea, con técnicas especiales como citología, histología o inmunohistoquímica.
Estadios clínicos de la enfermedad
Se ha creado una clasificación en cuatro estadios de enfermedad con el objetivo de ayudar al veterinario a escoger el tratamiento idóneo, predecir un pronóstico y establecer un seguimiento adecuado para cada caso. Los estadios se clasifican en función de la serología, la sintomatología y los resultados analíticos.
- Estadio I (enfermedad leve): niveles de anticuerpos negativos o bajos, con signos clínicos leves, como aumento de ganglios linfáticos, y sin alteraciones analíticas. No requieren tratamiento y el pronóstico es bueno.
- Estadio II (enfermedad moderada): niveles de anticuerpos bajos, medios o altos, con presencia de sintomatología del estadio I, además de signos dermatológicos y pérdida de apetito y peso. Hay alteraciones analíticas, como anemia y proteinograma alterado. Requiere tratamiento.
- Estadio III (enfermedad grave): niveles de anticuerpos medios o altos, con presencia de sintomatología del estadio II, además de cojera, fallo renal, costras en la punta de las orejas e inflamación ocular debido al depósito de inmunocomplejos. Hay alteraciones analíticas del estadio II, y aparecen alteraciones renales. Requiere tratamiento.
- Estadio IV (enfermedad muy grave): niveles de anticuerpos medios o altos, con presencia de sintomatología del estadio III y aparición de tromboembolismo pulmonar e insuficiencia renal terminal. Las alteraciones analíticas se agravan con respecto a las del estadio III. Requiere tratamiento.
Tratamientos y cuidados para la leishmaniasis
Está demostrado que el tratamiento actual proporciona una mejoría clínica considerable en poco tiempo, pero no elimina el parásito del cuerpo por completo, con lo cual, la infección por Leishmania persistirá pero con bajas cargas parasitarias, es decir, el perro permanecerá siempre infectado pero no por ello enfermo.
Opciones de tratamiento actualizadas
Los medicamentos usados en el tratamiento de la leishmaniasis se dividen según su función:
- Leishmanicidas: destruyen el parásito; son el antimoniato de meglumina y la miltefosina, y sus nombres comerciales son Antishmania® y Milteforan®, respectivamente.
- Leishmaniostático: frena la multiplicación del parásito; es el alopurinol como el Zyloric®.
- Inmunomodulador: fortalece las defensas del perro para mantener el parásito bajo control; es la domperidona, que puedes encontrar en el mercado con el nombre de Leisguard®.
Hay varios protocolos farmacológicos de tratamiento para la leishmaniosis. El estándar es administrar antimoniato de meglumina junto con alopurinol, y el alternativo es miltefosina a la vez que alopurinol. En pacientes que se encuentran en el estadio I, sólo se da domperidona.
¿Cómo se da y qué duración tiene el tratamiento?
- Antimoniato de meglumina: se administra en forma de inyecciones durante 4-6 semanas;
- Miltefosina: se administra vía oral durante 28 días;
- Alopurinol: se administra vía oral dos veces al día durante 6-12 meses;
- Domperidona: se administra vía oral durante 1 mes.
Así pues, el tratamiento estándar tiene una duración total de 6-12 meses.
¿El tratamiento tiene efectos secundarios?
Sí, cada uno de los fármacos tiene algún efecto adverso. El alopurinol puede generar dolor e inflamación en el punto de inyección y toxicidad en el riñón, la miltefosina puede producir vómitos y diarreas, el alopurinol puede causar la formación de cristales de xantina en orina, y la domperidona puede generar secreción de leche por los pezones.
Consejos para cuidar a un perro con Leishmaniasis
Elección de alimento específico
La nutrición forma parte del tratamiento de esta enfermedad. Se debe escoger una alimentación rica en antioxidantes, para estimular el sistema inmunitario, con proteínas de calidad para recuperar masa muscular sin dañar al riñón, y de alta digestibilidad y palatabilidad para recuperar peso. También debe ser baja en purinas, para prevenir la formación de cálculos de xantina debido al alopurinol, y rica en ácidos grasos, para mejorar el estado de la piel.
Un pienso que cumple con estos requisitos es Advance Veterinary Diets Leishmaniasis®; otra alternativa podría ser el Royal Canin Urinary U/C Low Purine®.
Mantenerlo hidratado
La hidratación es un factor clave, puesto que sabemos que los riñones son uno de los órganos más afectados por la enfermedad, así que asegúrate de que a tu perro no le falte agua en el cuenco. En caso de que le cueste beber, puedes darle de vez en cuando comida húmeda.
Uso de productos recomendados
Los síntomas cutáneos son muy comunes, es por ello que debemos añadir un tratamiento para la piel con productos que ayuden a restablecer su correcto funcionamiento, como suplementos alimenticios con ácidos grasos o productos que se aplican directamente en la piel. Existen múltiples marcas que los fabrican en diversos formatos: cápsulas o líquido para añadir en su comida, pipetas para poner sobre la piel, champús con peróxido de benzoilo y lociones para la hiperqueratosis [1, 2].
Importancia de la rutina y un buen descanso
El estrés crónico puede debilitar el sistema inmunitario, cosa que empeoraría el estado de salud y las posibilidades de que tu perro con Leishmania pueda recuperarse adecuadamente.
Además, podría ser el desencadenante de un brote de leishmaniasis en un perro infectado en fase latente, es decir, que no mostraba sintomatología previamente. Así pues, procura no alterar sus rutinas, que lleve una vida tranquila y tenga un buen descanso en una cama cómoda [6].
Posibles reapariciones de síntomas y qué hacer
Si notas que tu perro vuelve a tener sintomatología compatible con leishmaniosis, acude de inmediato a tu veterinario para que le realicen una serología cuantitativa de Leishmania y comprobar si el parásito es el causante de los signos clínicos. De ser así, podría requerir de nuevo tratamiento.
Monitorización de la enfermedad
Es crucial hacer un seguimiento del estado del animal infectado por L. infantum para prever posibles recaídas y poder actuar a tiempo. En todos ellos se debe realizar una exploración física completa, analíticas sanguíneas y de orina y, como mínimo, una serología cuantitativa.
¿Con qué frecuencia se debe monitorizar?
En perros enfermos que han sido tratados, se debe realizar la serología a los 3, 6 y 12 meses después de iniciar el tratamiento y el resto de pruebas cada 4 meses durante el primer año.
Una vez se considera que el perro se ha recuperado de la enfermedad o en perros infectados no enfermos, se recomienda un control cada 6-12 meses.
Prevención contra la leishmaniosis
La prevención es un arma fundamental contra la leishmaniosis. Incluye el uso repelentes de flebotomos, la vacunación y, en algunos casos, la administración de inmunomoduladores.
Repelentes y productos preventivos
Se recomienda la aplicación de insecticidas tópicos durante todo el periodo de actividad de los flebotomos, que en España es desde finales de marzo hasta diciembre, con picos de actividad entre junio y julio y entre septiembre y octubre.
Estos son algunos de los productos repelentes preventivos contra parásitos que puedes usar:
- Pipetas spot-on: su duración es de 3-4 semanas; se debe poner al menos 2 días antes de la situación de riesgo. Algunas marcas conocidas son Advantix y Vectra.
- Collares antiparasitarios: su duración varía entre 8 y 12 meses; se debe poner al menos 1 semana antes de la situación de riesgo. Las marcas más conocidas son Seresto y Scalibor.
Vacunación y su importancia
Siempre es mejor prevenir que curar, así que es importante vacunar a tu perro contra la Leishmania. La vacunación no evita la infección pero sí reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad y de mostrar síntomas graves. Existen varias marcas, pero en Europa la más eficaz es la LetiFend®.
¿Cuándo se debe vacunar?
La inmunidad se crea 1 mes después de poner la vacuna, por tanto, se recomienda vacunar entre febrero y principios de mayo, antes de los meses de máxima actividad del flebotomo, para que tu perro esté protegido cuando llegue la época de mayor peligro.
¿Cuánto cuesta la vacuna de la Leishmania en perros?
El precio varía según la clínica veterinaria, ronda entre los 75€ y los 95€, con test rápido incluido.
¿Cuántas veces se pone la vacuna de la Leishmania?
En el caso de la LetiFend, el efecto de la vacuna dura un año, por tanto, se debe revacunar anualmente.
¿Hay algún caso en el que no se recomienda la vacunación?
Sí, en tres situaciones principalmente: i) si el perro ha dado positivo al test rápido de Leishmania, ii) si el perro está enfermo, o iii) si el perro ha recibido tratamiento con corticoides.
¿Puedo vacunar a mi cachorro de Leishmania?
Sí, a partir de los 6 meses de edad se puede vacunar de Leishmania.
Fortalecimiento de la resistencia inmunitaria
El sistema inmune juega un papel importantísimo en la lucha contra la Leishmania. Por ello, es beneficioso el uso de productos naturales que estimulen la respuesta inmune, como un un nutracéutico llamado Impromune® que puedes comprar aquí.
La relevancia de los test serológicos
En el mismo prospecto de la vacuna lo pone: “se recomienda realizar una prueba de detección de leishmaniosis antes de la vacunación”. Esto es porque si tu perro diese positivo en un test rápido de detección de anticuerpos, no se recomienda vacunar.
Los test serológicos rápidos suponen un primer filtro para incluir o descartar la leishmaniasis como causante de los síntomas que presenta el perro al llegar a consulta. Sus beneficios son que te proporcionan un resultado en tan sólo 15 minutos, tiene una alta sensibilidad y especificidad, y se necesita poca muestra.
Se debe tener en cuenta que, si el test serológico rápido da negativo, pero existe una alta sospecha de que el perro esté infectado, se recomienda realizar una serología cuantitativa en un laboratorio de referencia.
Pronóstico y expectativa de vida
El pronóstico depende del estadio de la enfermedad en el que se encuentre el perro una vez se diagnostique la infección por L. infantum, y su respuesta al tratamiento, por tanto, no es el mismo para todos los perros con leishmaniasis.
Acorde a lo anterior, un perro infectado por Leishmania que se clasifique en el estadio I tendrá un buen pronóstico, en el estadio II también suele serlo, mientras que en el III es grave y en el IV muy grave, pudiendo causar la muerte.
Factores que influyen en el pronóstico
Algunos factores que pueden tener un impacto negativo en el pronóstico, porque implican una peor respuesta inmune, son la edad, perros muy jóvenes o geriátricos, ciertas razas grandes, la existencia de otras enfermedades concomitantes, el estrés o la desnutrición.
Hacer un buen seguimiento de la enfermedad, con los controles analíticos acordados con tu veterinario, puede influir positivamente a tener un mejor pronóstico, igual que mantener una alimentación acorde con la enfermedad.
¿Qué esperanza de vida tiene un perro con Leishmania?
Dependerá del estadio de la enfermedad en el que se encuentre el perro. Así que, si está en el estadio I, en fase de enfermedad leve, el animal puede vivir muchos años más con buena calidad de vida y acabar falleciendo por otro motivo; en cambio, un perro en el estadio IV, que presenta una fase de enfermedad avanzada, seguramente muera a causa de la leishmaniosis, pudiendo quedarle meses de vida desde su detección [1, 2].
Distribución geográfica en España
En España la leishmaniasis es endémica, es decir, está presente en la mayor parte del territorio, tal y como vemos en el mapa, con tasas de infección que alcanzan el 57%, siendo las islas Baleares, Ourense, Málaga y Cáceres las provincias con mayor número de perros infectados.
La mayoría de casos se hallan en el sureste de la península, en la región más cercana a la cuenca mediterránea, con climas más cálidos y húmedos, donde se concentra una densidad más alta de flebotomos. Ourense es la excepción, ya que se encuentra más al norte, y este aumento de casos en esta ciudad de Galicia se debe a factores como la globalización, que conlleva la movilidad de perros entre comunidades autónomas, y el aumento de temperaturas causado por el cambio climático, que favorece el desarrollo del vector y su expansión hacia zonas más frías. [5]
Preguntas frecuentes
¿Dónde se encuentra el mosquito de la Leishmania?
El flebótomo transmisor de la Leishmania vuela cerca del suelo y requiere condiciones de humedad y temperatura concretos, siendo el clima mediterraneo ideal para su proliferación.
Actúa especialmente entre el atardecer y la medianoche. Así pues, procura evitar esas horas cerca de ríos o aguas estancadas para reducir el riesgo de infección.
¿Puede afectar la leishmaniosis a los humanos?
Sí, la leishmaniosis es una zoonosis.
No fue hasta 1901, gracias a William Boog Leishman, cuando se dio a conocer la leishmaniosis, tras detectar el parásito Leishmania en órganos de una persona que había muerto a causa de esta enfermedad.
En España, entre 2019 y 2021, se notificaron más de 1.000 casos de leishmaniasis en personas y, según la OMS, a nivel mundial cada año se producen aproximadamente 1 millón de casos nuevos. Esto se debe a la estrecha relación entre los seres humanos, animales y medio ambiente.
Los expertos aseguran que “la leishmaniosis canina de hoy, es la leishmaniosis humana de mañana”, por eso, la vacunación en perros puede ayudar a reducir la enfermedad en humanos. Con el anhelo de concienciar a los propietarios y veterinarios, se estableció el día 1 de junio como el Día Nacional de la Prevención frente a la Leishmaniosis y se han creado campañas para la lucha contra esta enfermedad.
Si tengo un perro con Leishmania, ¿puede transmitirselo a mi otra mascota?
Indirectamente sí que puede haber contagio, ya sea a otro perro u otro mamífero, como un gato. Esto es así porque si tu perro está infectado con L. infantum y es picado por un flebotomo que absorbe la sangre con el parásito y, a continuación, pica a tu gato, le puede transmitir la Leishmania e infectarlo.
Si he vacunado a mi perro contra la Leishmania, ¿puede dar positivo en las pruebas serológicas?
En el caso de usar la vacuna LetiFend, la respuesta es no, la vacuna no interfiere en el diagnóstico de la leishmaniosis.
El objetivo de vacunar es que el sistema inmunitario del perro genere anticuerpos contra la Leishmania y las pruebas serológicas se basan en detectar o cuantificar anticuerpos, por ello, es lógico pensar que si vacuno a un perro y un mes más tarde le hago un test serológico, éste pueda dar positivo, pero esto no es así. Si un perro vacunado contra la leishmania da positivo en un test serológico, es porque realmente está infectado.
Conclusión
La leishmaniosis canina es una enfermedad infecciosa causa por el protozoo Leishmania infantum y transmitida por un vector.
Causa múltiples síntomas, entre los que destacan los problemas de piel, adelgazamiento y alteraciones en el riñón. Si se detecta la enfermedad de forma precoz tiene un buen pronóstico, por el contrario, si se diagnostica cuando la enfermedad está avanzada la esperanza de vida es baja.
Existe un tratamiento con buenos resultados en fases tempranas de la enfermedad y es importantísimo hacer un seguimiento exhaustivo del animal infectado para evitar futuras recaídas. Es altamente recomendable el uso de métodos preventivos como los repelentes de mosquitos y las vacunas.
Te dejamos aquí un post donde aparece un caso real de un perro antes y después del tratamiento.
¿Te ha quedado alguna duda después de leer este artículo? ¡Déjanosla en comentarios y te la aclararemos lo antes posible!
Referencias
[1] C. Guillermo Couto, Richard W. Nelson. Medicina interna de pequeños animales (2010). 4ª edición.
[2] LeishVet (2018). Leishmaniosis canina y felina. Informe para Veterinarios Clínicos. 4ª Edición. https://www.leishvet.org/wp-content/uploads/2018/09/ES-Guidelines.pdf
[3] Edo M, Marín-García PJ, Llobat L. Is the Prevalence of Leishmania infantum Linked to Breeds in Dogs? Characterization of Seropositive Dogs in Ibiza. Animals. 2021; 11(9):2579. https://doi.org/10.3390/ani11092579
[4] Álvarez, L.; Marín-García, P.-J.; Rentero-Garrido, P.; Llobat, L. Immune and Genomic Analysis of Boxer Dog Breed and Its Relationship with Leishmania infantum Infection. Vet. Sci. 2022, 9, 608. https://doi.org/10.3390/vetsci9110608
[5] Jiménez, J. (2020). Las provincias españolas con mayor seroprevalencia de Leishmania en perros. Animal’s Health. Recuperado 1 de septiembre de 2023, de: https://www.animalshealth.es/profesionales/provincias-espanolas-mayor-seroprevalencia-leishmania-perros
[6] Cuervo Bustamante, P. F. (2017). Estudio de marcadores del sistema inmune en roedores en un contexto de estrés. Su aplicación a estudios eco-epidemiológicos. Pág. 14. https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar:8443/bitstream/handle/11185/1032/Tesis.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Helena es una amante de los animales desde bien pequeña, por ello, se graduó como veterinaria en la UAB. A lo largo de su carrera, realizó prácticas en varias clínicas de pequeños animales en Barcelona, su ciudad natal, y durante seis meses en la universidad de medicina veterinaria de Helsinki, la capital finlandesa. Además, realizó un voluntariado en un centro de recuperación de fauna silvestre en Costa Rica. Actualmente ejerce en un hospital veterinario atendiendo citas preventivas, casos crónicos de medicina interna y visitas de urgencia.