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Bouvier des Ardennes
Este excelente defensor de los más indefensos es un caballero en el alma. Su apariencia ligeramente descuidada esconde un gran corazón que sólo piensa en proteger y defender a su familia. Ante todas las situaciones el Boyero de las Ardenas defiende y protege a sus ovejas o a su familia como si fuera el único responsable. A pesar de ser muy utilizado para la protección de las familias y sus propiedades, sin embargo, sólo está extendido en su país de origen. El número de ejemplares de la raza sigue siendo reducido y estos perros son poco comunes.
Amable y cariñoso, el Boyero de las Ardenas se adapta muy fácilmente. Reservado con los extraños, es un excelente guardián y un buen defensor que no se detendrá ante nada ni nadie para proteger a los suyos.
Obediente, su educación es fácil pero debe ser firme puesto que fácilmente será agresivo con los extraños.
Su aspecto general es bastante rústico y refleja una gran aptitud para el trabajo duro. De tamaño medio, el Boyero de las Ardenas tiene una estructura ósea pesada y una construcción potente y poderosa. No son nada elegantes, son corpulentas y cortas, y su aspecto más bien despeinado les confiere un aspecto muy distintivo.
Entre 55 y 65 cm (21.65 y 25.59 pulgadas) para el macho
Entre 55 y 65 cm (21.65 y 25.59 pulgadas) para la hembra
Entre 25 y 35 kg (55.12 y 77.16 libras) para el macho
Entre 25 y 35 kg (55.12 y 77.16 libras) para la hembra
El pelaje puede ser de cualquier color.
El pelo rizado es áspero y de unos 5 cm (2 pulgadas) de largo en el cuerpo pero más corto en las extremidades y en la cabeza.
La gran cabeza con el cráneo plano y el stop (depresión frontonasal) marcado es muy masiva. Los ojos oscuros son de forma ovalada y de tamaño medio y no muy separados. Las pequeñas orejas están dobladas hacia atrás sin ser cortadas. La nariz grande es negra. Diversos ejemplares nacen sin cola o bien algunos de ellos nacen con cola pero está esta cortada.
Según la FCI, esta raza pertenece al grupo 1, a la sección 2 y al número #171
Sedentario o deportista, siempre y cuando el maestro esté presente podrá tener un Boyero de las Ardenas. Utilizado en su momento para llevar y vigilar los rebaños, hoy en día se ha convertido en un excelente guardián de la familia y sus bienes. Es un defensor excepcional y no duda en proteger a su familia sin importar el peligro. Su coraje no tiene igual y puede llegar a ser agresivo si es necesario.
Puede vivir casi en cualquier lugar. Es muy resistente y disfruta de la vida al aire libre, pero puede adaptarse fácilmente al interior de la casa si el maestro está presente.
Su desconfianza innata hacia los extraños debe ser dominada desde el principio con una buena y firme educación. Esta resulta esencial para limitar su agresividad natural hacia los extraños. Es de naturaleza obediente, pero el maestro debe estar a la altura de la educación para que ésta sea perfectamente adecuada.
Este perro muy resistente y robusto rara vez se enferma. A veces se observan algunos casos de displasia de cadera, pero no es una patología que afecte directamente a la raza. Generalmente disfruta de una excelente salud y de una gran longevidad.
CUIDADOS
Su pelo tiene un aspecto despeinado y desgreñado y necesita un buen cepillado de vez en cuando. Aunque su pelaje siempre parece despeinado, el cepillado le asegura una buena salud. No se requiere ningún cuidado especial en su caso.
Originario y procedente de Bélgica, el "Bouvier des Ardennes" o Boyero de las Ardenas ha sido seleccionado siempre gracias a sus aptitudes. Según algunos, se trata de un cruce entre el Pastor de Picardía y el Boyero Belga, mientras que otros creen que se trata de una raza belga autóctona que evolucionó en el siglo XVIII a través del cruce con perros pastores locales.
Conocido como el "perro de las vacas" en las Ardenas belgas, su nombre no proviene de su físico sino de la práctica de vigilar y llevar al ganado, pero sobre todo al bovino. Asimismo, provendría también de la región donde se realizaban sus tareas.
El tipo de perro fue creado en su momento para soportar el duro clima y adaptarse al terreno difícil y al trabajo específico y arduo de estas regiones.
En el siglo pasado, los ejemplares fueron elegidos entre los más eficientes y resistentes como perros pastores, principalmente para las ovejas y las vacas lecheras, pero también para los caballos y los cerdos.
En el siglo XIX, el Boyero de las Ardenas fue utilizado para cazar jabalíes y ciervos y se convirtió entonces en el perro del cazador furtivo durante las dos guerras mundiales. Hacia el final del siglo se volvió mucho más mordaz y mucho más fuerte.
En 1903 se celebró una exposición en Lieja, donde el primer perro Boyero fue descubierto por el profesor Reul, y en 1913 la "Société liégeoise pour l'amélioration du chien de bouvier de la province de Liège et des Ardennes" (Sociedad de Lieja para la mejora del perro Boyero de la provincia de Lieja y de las Ardenas) elaboró y confeccionó el primer estándar. La norma oficial se publicó finalmente en 1923 en Bélgica y la FCI (Federación Cinológica Internacional) la reconoció en 1963.
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